El ambiente en la industria automovilística europea es sombrío. Fue otro año de declive constante, y las cifras pintan un panorama sombrío. La débil demanda, el aumento de los costos energéticos, las nuevas tarifas y el cambio disruptivo hacia los vehículos eléctricos están pasando factura. El último reporte de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóvil (ACEA) indica que la producción de automóvil en Europa disminuyó un 2,6% en el primer semestre de 2025, mientras que las matriculaciones de autos nuevos cayeron un 2,4%.
Tras liderar las listas, la cuota de mercado global de Europa está cayendo, mientras que los fabricantes chinos superan con creces a los grandes nombres de los fabricantes de automóvil. En este contexto, los principales líderes de la cadena de suministro automotriz de Europa se reunieron en Múnich en el evento Auto Supply Chain Leaders para debatir sobre las fuerzas que están transformando la industria y cómo las cadenas de suministro pueden ayudar a los fabricantes a superar la incertidumbre que conlleva el cambio tecnológico, regulatorio y económico.
Factores clave que dan forma a la industria automotriz
El nearshoring ofrece proximidad y tranquilidad:
Los fabricantes siguen soportando el peso de las interrupciones en la cadena de suministro global y están trasladando las líneas de producción y los centros de aprovisionamiento más cerca de sus principales mercados. Según una encuesta de Capgemini, en 2024, el 42% de los ejecutivos del sector automotriz afirmaron que sus organizaciones invirtieron en nearshoring o en una combinación de reshoring y nearshoring. En 2025, esa cifra aumentó al 56%.
La externalización cercana ayuda a los fabricantes de equipos originales (OEM) a reducir los plazos de entrega y los costos logísticos. Si bien el objetivo principal es reducir los riesgos y construir una cadena de suministro resiliente, el nearshoring también ofrece beneficios como una mejor colaboración con los proveedores y menores emisiones. El fabricante sueco de automóvil Polestar está construyendo el Polestar 7 en Eslovaquia, mientras que BMW producirá su modelo eléctrico iX3 en Hungría. Y para evitar los aranceles de la Unión Europea (UE) sobre los autos chinos, Volvo está fabricando el EX30 eléctrico en su planta de Bélgica.
La transición a los vehículos eléctricos impulsa un nuevo mandato de sostenibilidad:
Los consumidores europeos están comenzando lentamente a adoptar los vehículos eléctricos, y los autos eléctricos de batería representan el 15,6% de la cuota de mercado de la UE, frente al 12,5% del primer semestre de 2024. El plan de la UE para prohibir los motores de combustión para 2035 también está impulsando a los fabricantes de equipos originales a realizar el cambio tecnológico, incluso cuando la política en sí misma continúa teniendo un mandato fragmentado en toda la región. Según un reporte de McKinsey, los fabricantes de equipos originales (OEM) y los principales proveedores ya gastan cerca de 150.000 millones de euros anuales para la transición de vehículos con motor de combustión interna (ICE) a vehículos eléctricos de batería (BEV).
La industria está adoptando soluciones de economía circular para reducir el impacto negativo de la fabricación en el medio ambiente. Las compañías automovilísticas se están centrando en emplear más materias primas recicladas y en reacondicionar o reparar piezas antiguas. Casi 6,5 millones de vehículos llegan al final de su vida útil cada año. La última normativa de la UE sobre circularidad establece que los vehículos nuevos deben diseñar de forma que se permita la fácil extracción de piezas para su reutilización. Recientemente, Renault se asoció con SUEZ—una compañía que ofrece soluciones de gestión de residuos— para reciclar metales de desecho y recuperar vehículos al final de su vida útil.
La IA y la transformación digital ofrecen a los fabricantes de automóvil una perspectiva que nunca antes tuvieron:
Las principales compañías de la industria automovilística europea están invirtiendo millones de euros en transformación digital. Mercedes se asoció con NVIDIA para aprovechar los datos y construir gemelos digitales de sus instalaciones de producción. En su planta de Rastatt, ahorró casi un 20% en costos energéticos al cambiar a un sistema de pintura de chasis de vehículos controlado por IA en lugar de los controladores lógicos programables (PLC) tradicionales.
Volkswagen renueva su asociación con Amazon tras comprobar los beneficios de la implantación de la IA en 43 de sus fábricas. El director europeo de Stellantis, Jean-Philippe Imparato, reveló que el fabricante de automóvil con sede en Ámsterdam planea invertir 6.000 millones de euros en la mejora de sus operaciones de la cadena de suministro. Renault emplea la IA para predecir y optimizar las cargas de los camiones, las rutas de transporte y pronosticar los costos de transporte, lo que ayuda a reducir su huella de carbono y a responder mejor a las interrupciones.
El enfoque en el mercado de repuestos y en el cliente emerge como motores de crecimiento silenciosos:
Los fabricantes de automóvil están mejorando su oferta de servicios post-venta, considerándolos un factor diferenciador clave en un mercado competitivo con nuevos participantes. Un reporte de BCG afirma que el negocio europeo de repuestos para automóvil, valorado en 64.000 millones de euros, es rentable y está en crecimiento, y predice que, hasta 2026, las redes de ventas de reparación y mantenimiento vinculadas exclusivamente a los fabricantes de equipos originales (OEM) disfrutarán de una tasa de crecimiento saludable del 3% anual. Como parte de su estrategia de post-venta centrada en el cliente, Toyota Motor Europe se centra en suministrar los repuestos adecuados en el momento adecuado a su red de 3.000 concesionarios en toda Europa.
Los aranceles, los costos energéticos y la volatilidad obligan a replantear la escala:
Recientemente, China y los Países Bajos se enzarzaron en una disputa por Nexperia, una compañía holandesa de propiedad china que fabrica chips ampliamente empleados en automóvil. La crisis paralizó casi por completo las líneas de producción en toda Europa. Aunque Estados Unidos redujo su arancel del 25% al 15%, los balances de los fabricantes de automóvil europeos siguen en números rojos. Volkswagen prevé pérdidas de hasta 5.000 millones de euros debido a los aranceles, mientras que Mercedes informó que, durante los tres primeros trimestres, los aranceles redujeron casi un 58% sus beneficios interanuales. Y por si las tensiones geopolíticas, los aranceles y las restricciones a los materiales de tierras raras no fueran suficientes, la volatilidad de la demanda está obligando a la industria automotriz a reestructurar su fuerza laboral. En septiembre, Ford recortó 1.000 puestos de trabajo en su fábrica
Colonia debido a la baja demanda de vehículos eléctricos.



