El estallido de la guerra comercial y los posteriores cambios en los aranceles ha sumido a las organizaciones en el caos y las ha obligado a comprender los efectos de los aranceles en sus negocios y cadenas de suministro.
Incluso una pausa arancelaria aporta poco alivio, ya que los aranceles sustanciales siguen vigentes y probablemente seguirán subiendo y viniendo en el futuro previsible.
Las cadenas de suministro mundiales son la "zona cero" del impacto, lo que hace temblar a importadores, exportadores y productores nacionales por igual. Las empresas que importan y exportan bienes, ya sean productos terminados al por menor, componentes de fabricación o materiales, ahora enfrentan presiones sustanciales de costos y precios que reducen los márgenes y obligan a tomar decisiones difíciles de fijación de precios, abastecimiento, operaciones y distribución. Estas decisiones deben tomarse rápidamente, ya que el impacto total de estos aranceles comienza a extenderse en cascada a través de la red comercial mundial.
El impacto varía drásticamente según la industria y la región, y las negociaciones comerciales en curso complicarán las cosas a medida que los aranceles aumenten y disminuyan entre las naciones. Los fabricantes de automóviles se ven particularmente afectados por los aranceles entre Canadá y México, y muchos ya están anunciando que esperan aumentos significativos de costos.
Los fabricantes industriales se enfrentan a una presión cada vez mayor para relocalizar o diversificar a sus proveedores, y muchos están acelerando los planes para reestructurar sus redes de proveedores. Las empresas de alta tecnología, que ya han comenzado a trasladar la producción de China tras las tensiones comerciales anteriores, ahora deben reconsiderar sus operaciones en México y continuar diversificando el abastecimiento de minerales críticos. La industria de las ciencias de la vida, que depende en gran medida de las cadenas de suministro mundiales, se enfrenta a una posible escasez a medida que los costos de las materias primas aumentan a niveles que a veces hacen que la producción sea financieramente inviable.
Crucial para navegar por este entorno es la necesidad de que las empresas globales tomen decisiones operativas en torno a los precios, el abastecimiento, la producción, la mezcla, las operaciones y la distribución que reflejen estos factores y fuerzas de afuera hacia adentro que están más allá del control de una empresa. Solo teniendo en cuenta estas dinámicas, las empresas podrán mitigar eficazmente los efectos de los aranceles y apoyar la eficiencia y el crecimiento sostenido.
Si bien las empresas no pueden controlar la política comercial, pueden mejorar drásticamente el resultado asegurándose de que la tecnología de su cadena de suministro esté a la altura de este desafío.