La industria automotriz mundial está experimentando una revolución, a medida que los fabricantes y consumidores hacen el cambio de modelos con motor de combustión interna (ICE) a vehículos eléctricos (EV). Si bien este cambio fundamental producirá enormes beneficios para el medio ambiente, está creando desafíos y complejidad para los equipos de planificación de la demanda automotriz del mundo.
Es difícil conseguir una combinación correcta de productos, entre vehículos eléctricos, motores de combustión interna e híbridos, por canal y región. Para aumentar esta complejidad, los consumidores de hoy en día son exigentes y anhelan la personalización de los productos. A medida que continúen surgiendo características inteligentes, trenes motrices eléctricos y modelos híbridos, y a medida que constantemente estén disponibles nuevas opciones, se espera que esta tendencia crezca.
Para los fabricantes de automóviles, la abundancia de opciones hace que sea difícil predecir las configuraciones exactas que se alinearán con la demanda del mercado. Esto a menudo conduce a una sobreproducción de vehículos y opciones, lo que resulta en un inventario de modelos de venta lenta que no se venden en los concesionarios y obligan a descuentos que erosionan las ganancias. Además, las preferencias y la demanda de los consumidores varían mucho entre los mercados mundiales. Equivocarse en la mezcla puede llevar a un inventario excesivo y envejecido, por un lado, y a la pérdida de oportunidades de venta, por el otro. Los fabricantes de equipos originales (OEM) que puedan evaluar con precisión las necesidades de los consumidores y adaptar sus cadenas de suministro en consecuencia serán los que sigan siendo rentables.
Mientras tanto, los fabricantes de automóviles necesitan realizar grandes inversiones de capital en nuevas tecnologías, plantas y canales de entrega para respaldar diversos modelos y necesidades de los consumidores, sin garantía de que estas inversiones valgan la pena. Y, aunque la escasez mundial de chips está firmemente en el espejo retrovisor, los fabricantes de automóviles aún enfrentan escasez de suministro, en parte debido a los grandes inventarios de componentes necesarios para producir simultáneamente vehículos eléctricos, motores de combustión interna y modelos híbridos. Cuando la producción se estanca debido a la escasez de piezas, los fabricantes pierden márgenes, ventas y lealtad de los clientes.
¿Quizás el mayor desafío? Los fabricantes de automóviles están tratando de navegar por este entorno de mercado caótico y complejo con soluciones obsoletas que simplemente no fueron diseñadas para la tarea. Los equipos de planificación de la cadena de suministro no pueden predecir la demanda completa en todos los modelos, regiones y canales, ni detectar los cambios en la demanda lo suficientemente rápido como para evitar pérdidas. No pueden anticipar, analizar rigurosamente o resolver de manera óptima las interrupciones. Y, con demasiada frecuencia, no pueden compartir datos en tiempo real en toda la organización y colaborar a través de silos funcionales.