Los efectos económicos dominó golpean todos los eslabones de la cadena
Las presiones económicas como las que estamos experimentando ahora crean un efecto dominó que afecta a todos los aspectos de las operaciones de la cadena de suministro.
El comportamiento del consumidor va de lado
Los compradores están cambiando drásticamente sus patrones de compra. Datos recientes muestran que los consumidores están gastando el 10% de sus presupuestos de ropa en plataformas de segunda mano como Poshmark y ThredUp, mientras que bajan de marcas premium a marcas de valor en todos los ámbitos. Estos rápidos cambios están dejando a los minoristas con el inventario equivocado en los lugares equivocados.
La reducción de costos
El aumento de los costos en todas las etapas (materias primas, fabricación, transporte, mano de obra) está reduciendo los márgenes, mientras que los consumidores se vuelven cada vez más sensibles a los precios. Los minoristas se enfrentan a una elección imposible: absorber costos y dañar la rentabilidad, o pasarlos y arriesgarse a perder clientes.
El pronóstico se convierte en un juego de adivinanzas
Cuando las preferencias de los consumidores cambian drásticamente en cuestión de semanas, los ciclos de planificación anual se vuelven obsoletos. Y los modelos de pronóstico tradicionales basados en patrones históricos luchan cuando esos patrones se vuelven inútiles para predecir el comportamiento futuro.
Las vulnerabilidades de los proveedores se multiplican
Las presiones económicas se extienden más allá de los minoristas a sus proveedores y fabricantes, creando riesgos en cascada de interrupciones, inestabilidad financiera y desafíos de producción.
La dolorosa realidad de las cadenas de suministro tradicionales
Estos desafíos están afectando particularmente a las empresas con operaciones tradicionales de cadena de suministro en silos. Cuando los departamentos operan desde diferentes fuentes de datos y sistemas que no se comunican entre sí, la capacidad de la organización para responder de manera cohesiva a los cambios rápidos se ve gravemente comprometida.
Los minoristas tradicionales se encuentran constantemente reactivos, ajustándose a los cambios después de que ya han afectado las operaciones. Sus equipos de planificación trabajan aislados de la gestión de inventario, los equipos de fijación de precios toman decisiones sin visibilidad de las limitaciones de suministro y nadie tiene una imagen completa de lo que realmente está sucediendo en toda la empresa.
¿El resultado? Los desabastecimientos de productos de tendencia mientras los de baja rotación se acumulan en los almacenes. Ajustes de precios que llegan semanas tarde. Esfuerzos de coordinación manual que consumen un tiempo valioso mientras los competidores se mueven más rápido. En un entorno en el que las preferencias de los consumidores pueden cambiar drásticamente en cuestión de días, estos retrasos se vuelven devastadores.
Pero mientras algunos minoristas luchan con estas crecientes presiones, otros están adoptando un enfoque completamente diferente.