Impulsada por el crecimiento omnicanal y la expansión multinacional, la industria logística global está en auge, y se espera que alcance un valor de 18 billones de dólares para 2030. Si bien el crecimiento del mercado es emocionante, generalmente va acompañado de dolores de crecimiento.
A medida que aumenta el tamaño y la escala de sus cadenas de suministro en todo el mundo, muchos fabricantes, minoristas y distribuidores se ven limitados por la escasez de recursos, capacidad y conocimientos especializados.
Los transportistas necesitan más mano de obra para mantener en movimiento sus actividades de transporte y distribución, pero cada vez es más difícil encontrar empleados y más caros retenerlos. Necesitan nuevos camiones, nuevo espacio de almacenamiento, nuevas instalaciones de microcumplimiento, pero las altas tasas de interés y el aumento de los precios inmobiliarios los hacen reacios a invertir. El nearshoring, las aduanas transfronterizas, los nuevos aranceles y los nuevos requisitos de emisiones están alimentando la necesidad de conocimientos especializados. Dada la volatilidad de la demanda y la incertidumbre económica actuales, las empresas deben abordar cualquier plan de expansión logística interna con extrema precaución.
Al mismo tiempo, los proveedores de servicios logísticos (LSP) también están sintiendo presión. A medida que aumentan las tarifas de los transportistas y los precios del combustible, y se intensifica la competencia por los clientes, sus márgenes se reducen. Tanto los transportistas como los proveedores de servicios lingüísticos están saliendo del mercado estadounidense a un ritmo récord durante lo que los expertos llaman una recesión del transporte de mercancías. ¿Cuál es el movimiento lógico para los proveedores de servicios lingüísticos orientados al crecimiento? Amplíe sus servicios para captar nuevos ingresos.
Cada vez son más los proveedores de servicios lingüísticos que adoptan el modelo de negocio de logística de cuarta parte (4PL), en el que ofrecen una gestión completa y llave en mano de las cadenas de suministro de los clientes. Además de almacenar y mover la carga, diseñan redes, gestionan y cumplen con los pedidos, asignan y optimizan el inventario, rastrean y rastrean los envíos, miden e informan sobre las emisiones, asumen la propiedad de las relaciones con los proveedores y se encargan de la facturación y otras tareas administrativas, en otras palabras, asumen la responsabilidad total de toda la cadena de suministro.
La externalización de la logística tiene sentido desde el punto de vista empresarial para ambas partes en el complejo y acelerado panorama logístico actual. Después de todo, ¿por qué no satisfacer la necesidad urgente de los transportistas de gestionar el tamaño, la escala y la complejidad de la logística cada vez mayores con la experiencia y los recursos especializados de los 4PL, que buscan el crecimiento de los ingresos? No es de extrañar que se espere que el mercado mundial de la externalización logística aumente de 1,043 billones de dólares en 2023 a 1,642 billones de dólares en 2032. Según un estudio reciente, el 87% de los transportistas esperan aumentar sus actividades subcontratadas en el próximo año.